En este artículo quiero hablaros de mi experiencia profesional sobre las dietas para la obesidad. Muchas personas y varias veces al año, intentan hacer una dieta para perder peso y no siempre se obtiene el resultado deseado. Tratar el sobrepeso y aún más la obesidad, que requiere más esfuerzo y más prolongado en el tiempo, es muy difícil.

En mi práctica médica diaria, me baso en la siguiente información:

  1. Una buena historia médica, para saber si hay problemas asociados al sobrepeso, como la diabetes, la hipertensión, el aumento de colesterol y/o triglicéridos. A este cuadro médico se le denomina SÍNDROME METABÓLICO. Pregunto también si hay patología cardiaca o insuficiencia renal, cirugías previas que puedan presentar problemas digestivos o de absorción. Necesito valorar el riesgo del paciente.
  2. Saber su tipo de trabajo, si realiza ejercicio físico, para poder hacer un cálculo aproximado de su GASTO ENERGÉTICO.
  3. Realizar varios tipos de encuestas nutricionales, para saber sus gustos, sus preferencias y hábitos de consumo, tanto en días laborables, como festivos.
  4. Saber si son personas, que comen lo que NO deben o si comen lo que deben, pero mucha cantidad. ES IMPORTANTE QUÉ COMEN Y CUÁNTO COMEN.
  5. Es para mí importante conocer SU ACTITUD HACIA LA DIETA. Saber si son exigentes con ellos mismos o si se perdonan la vida con facilidad. Esto también me ayuda a conocerlos mejor y poder ayudarles mejor.
  6. Valorar LA COMPOSICIÓN CORPORAL, mediante impedancia bioeléctrica. Saber la cantidad de agua corporal; “retengo líquidos“ es su frase preferida. Pero hay que saber también la cantidad de grasa y de masa magra. Así conozco, QUÉ SOBRA, CUÁNTO SOBRA Y DE DONDE SOBRA.
  7. Hacer una exploración abdominal, palpación, auscultación para oír su peristaltismo y percusión para ver si tiene mucha distensión y aerofagia. Medir su perímetro de la cintura, que ha de ser menor de 88 cm en las mujeres y de 102 en el varón. Si es mayor de estas cifras, estamos ante un aumento de grasa abdominal y aumenta el riesgo cardiovascular.
  8. Palpación del cuello, para determinar si el tamaño del tiroides está alterado y necesito unas pruebas médicas más concretas.

Una vez conozco todos estos datos, elijo una dieta para mi paciente, dieta adaptada a sus necesidades, a sus problemas asociados a sus hábitos y a su estilo de vida. Eso es una dieta individualizada.

Hay personas, que prefieren comenzar por una dieta más estricta y obtener una pérdida de peso más rápida. Otros por el contrario, prefieren una dieta más relajada y más educativa Otros son vegetarianos o veganos, yo procuro aconsejarles y darles mi opinión profesional esperando no defraudar sus expectativas.

En el primer grupo de pacientes, si no existe contraindicación médica, elijo una DIETA PROTEICA. Por varias razones:

  • Obtengo mejor resultado y más rápidamente, pero deben de entender que este tipo de dietas no se pueden prolongar en el tiempo, es un comienzo más estimulante, pero luego hay que llegar a una dieta más educativa y equilibrada. Si la dieta es muy dura, puede producir ansiedad y al final entro en un bucle y el paciente aumenta su actitud compulsiva hacia la comida.
  • Las proteínas suelen dar más sensación de saciedad.
  • Al retirar los hidratos de carbono, se genera mayor cantidad de cuerpos cetónicos, que me ayudan a frenar el apetito.
  • Puedo ayudarme utilizando sustitutos proteicos de comida, les ayuda a disminuir más fácil las raciones, además suelen llevar mucha fibra, que mejora el tránsito intestinal y da sensación de plenitud, son muy fáciles de llevar y de preparar, por si no comen en su casa.

Dietas para la obesidad

Una vez terminada esta primera fase, voy aumentando los hidratos de carbono hasta una dieta más educativa y que se puede seguir durante más tiempo. Estas dietas menos agresiva y más variadas, podemos prolongarlas en el tiempo con más facilidad. Procuro que se acostumbren a comer menos cantidad, sobre todo por la noche. Ese es el error de la inmensa mayoría, nuestro trabajo y forma de vida nos lleva a “malcomer”. Mientras estamos distraídos no sentimos hambre, pero al llegar a casa por la noche, necesitamos gratificarnos y comemos lo que no debemos. Entre semana, casi todos los pacientes lo hacen bastante bien, pero cuando llega el fin de semana, las relaciones sociales les hacen sucumbir a la tentación y la pérdida de peso se enlentece.

Todas las sociedades científicas dan como válido una pérdida de entre medio kilo o un kilo por semana. Observo en algunos pacientes, que cuando la dieta es muy variada, se salen y se engañan con más facilidad. Si esto les ocurre, retrocedo a otra dieta más dura, para volver “al redil”, durante un tiempo.

En general, todos tienen la sensación de mucho esfuerzo, para una pobre respuesta. Las dietas de adelgazamiento son carreras de fondo.

Suelo ser realista en mis objetivos. Si veo que no he conseguido la meta y el paciente está cansado, prefiero poner dieta de mantenimiento, mantener lo perdido y no generar más ansiedad y que hagan efecto rebote. Luego vuelvo a citarles y lo volvemos a intentar.

Cuando he llegado al objetivo, con gran satisfacción por mi parte y la de mi paciente, comenzamos la DIETA DE MANTENIMIENTO. Esta dieta es una forma de comer para siempre, donde los errores que antes se cometían y se daban por normales, no vuelvan a repetirse.

Los caprichos, no hay que renunciar a ellos de por vida, pero deben de ser esporádicos y extraordinarios, premios de fin de semana, pero siempre hay que volver de lunes a viernes, a nuestro orden de vida y de comidas.

Muchos pacientes en esta etapa, se fijan en amigos que les dicen que ellos comen lo que quieren y no engordan. Yo siempre les hago reflexionar, para que se den cuenta si lo que el amigo quiere es lo mismo que lo que él quiere.

No hay que fijarse solo en lo que hacen los demás el día que salimos y hacemos un extraordinario, hay que fijarse en lo que se hace en el día a día. Cuando alguien ha llegado a un sobrepeso, algo estaba haciendo mal y si volvemos a hacer lo que hacíamos, volveremos a ganar peso.

Si el paciente está de acuerdo y creen que mi propuesta puede ayudarles, les veo dos o tres veces al año.

Espero que mi experiencia de más de treinta años tratando el sobrepeso y prescribiendo dietas para la obesidad, pueda ayudar a los que vienen a mi consulta y a mis compañeros profesionales. Leer una opinión más, siempre refuerza nuestro propio criterio.

Imágenes: Freepick